lunes, 31 de octubre de 2011

¡ Carajo ! , ...¿caracter fuerte ?


              El tener carácter implica una decisión firme y una fuerte voluntad para proponernos metas y alcanzarlas de acuerdo a nuestras posibilidades. Cultivar los buenos hábitos, la actitud positiva hacia el trabajo y el esfuerzo por dominar a nuestros impulsos y egoísmos.

         El transformar nuestra imagen de personalidad emprendedora, llena de energía, de fuerza y vitalidad, a una forma de ser propia y natural, es sin lugar a dudas, algo atractivo para cualquier persona.

         Con cierta facilidad podríamos calificar si una persona tiene carácter o no, dependiendo de las actitudes que consideramos como positivas, o en su defecto, con falta de firmeza y según sea el caso. Esta valoración que hacemos de los demás, ¿la hacemos para nuestra persona sin tratar de engañarnos nosotros mismos?

          En algunos momentos se ha malentendido el "tener carácter" como sinónimo de rudeza, prepotencia, altanería, u obstinación. Por otra parte, no siempre identificamos la falta de carácter con las quejas continuas por el trabajo y todo lo que implica, las labores domésticas los estudios... y en general de todo aquello que de alguna manera nos incomoda.

          Escribo constantemente, pero no siempre publico mis letras; reconozco que leer es muy bueno y me ayuda a estampar opiniones, pero las condiciones diversas de la vida y lo que aprendo de las personas, te ayudan a adquirir experiencias y medir mi caracter,  no siempre igual, con respecto a las otras personas.

           Siempre nos gusta que nos celebren, que nos feliciten, pero no nos gusta que nos critiquen, no nos gusta escucha que nos digan que estamos equivocados, pero eso tiene que ver con la vanidad, nada que ver con ser de caracter fuerte, creo yo...

LA ULTIMA PIEDRA Y LA EXPERIENCIA



Para poner últimas piedras, debemos conocer nuestras capacidades y nuestros defectos. Pero nuestros proyectos siempre deben exigirnos un poco más de lo que podemos hacer. Todos  tenemos limitaciones que vamos conociendo con el paso del tiempo. Una niña, una adolescente o un joven es mucho más soñador que un adulto, ellos con frecuencia se establecen metas demasiado altas, poco acordes a sus posibilidades reales. Sin embargo y por el contrario,  las personas mayores tienden a ser más pesimistas, pues se han dado cuenta de que la vida no es tan sencilla y que los sueños son difíciles de materializar. Pero ninguna de las dos actitudes es sana: ni la del joven que no mide sus posibilidades, ni la del adulto que deja de soñar. Tener una actitud equilibrada significa plantearnos metas un poco mayores de lo que sabemos que podemos hacer, y asegurarnos de poner la última piedra. Y una vez que lo logremos, volver a empezar haciendo planes, proyectos y fijándonos nuevas metas, cada vez más altas.

Por otra parte, la experiencia es el conocimiento adquirido en el transcurso de nuestra vida, ayudándonos a tomar mejores decisiones ponderando posibilidades y riesgos; aprendemos en la intimidad de nuestro ser, en la familia, con los amigos, a través de la lectura, en el trabajo. A pesar de todo esto, muchas veces seguimos tomando decisiones a la ligera, cometiendo los mismos errores y cerrando nuestros oídos a los consejos que nos brindan personas con mas visión que nosotros.

Aunque la edad es la que aporta experiencia, cada momento de nuestra vida ofrece un nuevo conocimiento y un panorama más amplio sobre cada circunstancia, nuestro pensamiento y actitudes se van modelando paso a paso, dando como resultado la madurez.

La experiencia es conocer a las personas, sus reacciones y las costumbres sociales; es también la paciencia para afrontar las contrariedades; forma una capacidad para hacer analizar con más profundidad los acontecimientos relacionando vivencias pasadas y adecuándolas al presente para emitir juicios más precisos, además de una marcada serenidad para tomar decisiones.

A diferencia de otros valores, la experiencia no es fácil de construir. Podría decirse que la experiencia en su forma básica se modela con los golpes de la vida. Sin embargo, sí debemos tener una actitud alerta y vigilante que nos permita sacar el máximo provecho de todas las circunstancias de la vida.

domingo, 30 de octubre de 2011

Caminar en la vida

Es necesario alternar la reflexión y la acción, que se completan y corrigen la una con la otra. También para avanzar se necesitan las 2 piernas: la acción y la reflexión.